domingo, 6 de abril de 2008

Y tuvimos que volver....

Un regreso cargado de anécdotas, buenas y peligrosas.

Haciendo la fila para el correspondiente Check-In, y antes de ser retados por dejar las mochilas solas a solo 2 metros de sus cuerpos.... recibieron la visita de un joven de Copa Airlines ofreciendo una estadía de 2 días más en Cancún con hoteles y comidas pagas debido a la sobreventa de pasajes. Luego de una pequeña charla entre ellos, decidieron seguir adelante con el regreso y rechazar semejante oferta.
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renglones reservados para poner adjetivos descalificativos hacia el dúo por rechazar la propuesta

El vuelo 323 de Copa Airlines tardó en confirmarse, por eso salió más de 1 hora tarde, en la imagen aun no tenia una puerta de embarque designada. Y ya sabiendo que A12 era su salida de México quedó en evidencia el cansancio de los últimos días, Fabs contó que practicamente no durmió.



2 horas fueron las que tardaron en llegar a la primer y única escala, Panamá. Pero 4 horas fueron las que tuvieron que esperar en el aeropuerto panameño de Tocumen hasta que salga el vuelo que los lleve de nuevo a Buenos Aires. Horas que pasaron desayunando y haciendo uso del Free Shop, especialmente el de Rosario.
El vuelo salió en la hora programada y todo estaba en orden hasta que, a una hora y media del despegue de Panamá, el cartel de abrocharse los cinturones se encendió junto con la voz del azafato que ordenaba el abrochado al pasaje. (suele pasar en medio de un vuelo así que no llamó la atención de nadie). No pasó tan desapercibido para la gente en cambio... cuando luego de 10 minutos de la primer advertencia el piloto confesó que se la había roto no se que cosa y no podia volar así el resto del camino, (que todavía era más de la mitad del recorrido), por lo que inevitablemente iba a regresar a Panamá. Dato que inquietó un poco mas al pasaje, más que nada por la demora que eso acarrearía aunque eso no fue tan inquietante como el posterior innecesario e inquietante aviso que estaríamos sobrevolando por 30 minutos el aeropuerto para arrojar el combustible. (que seguro se hace siempre en estos casos, pero nadie le preguntó)


No señor, la remera (playera) de Fabs no miente, de nuevo en Panamá a esperar otras dos horas a que esté disponible el nuevo avión. Pero siempre hay un pero, en este caso el avión de reemplazo tenia 30 asientos menos que en el que veníamos, por ende, no entraríamos la totalidad de los pasajeros. La Aerolínea volvió a proponer una noche de estadia, esta vez en Panamá, para salir a la mañana o al mediodía a más tardar hacia Argentina, propuesta que volvimos a rechazar, igual habia 30 pasajeros dispuestos a aceptar.
Finalmente en la mañana del 10 de febrero llegaban a Buenos Aires. Y hubiésemos dicho todo en orden si no fuera que las mochilas de Ivan se quedaron a dormir en Panamá junto con los pasajeros que no cabían en el avioncito. Dos días más tarde las mochilas llegaron solitas a Rosario.